Preguntas frecuentes post tratamiento oncológico

No, excepcionalmente hay medicamentos que pueden causar fiebre como parte de su efecto secundario, pero la fiebre es un signo muy importante en el tratamiento oncológico, ya que puede significar infección o alguna complicación. En ese sentido, los pacientes son instruidos para el manejo de reacciones febriles.

Las quimioterapias se asocian generalmente a náuseas y vómitos. Sin embargo, si bien son frecuentes, en la actualidad el control de estos síntomas es muy efectivo con el tratamiento disponible. La duración de estos síntomas generalmente es hasta el quinto día post aplicación del su tratamiento, por lo que su aparición posterior puede estar asociado a otra causal que el médico tratante debe evaluar e investigar.

Si bien el cansancio es el síntoma más frecuente de los tratamientos de quimioterapia y un hallazgo también frecuente en la sintomatología del cáncer, el cansancio extremo debe ser evaluado por la posibilidad de haber situaciones que puedan ser corregidas.

Las drogas y los tratamientos usados en las quimioterapias tienen la potencialidad de generar alergias, expresada en la aperción de rash cutáneo. Generalmente, este es de aparición precoz y solo excepcionalmente tardío.

Si bien el dolor y la distensión abdominal pueden asociarse con algunos tratamientos, su presencia amerita la evaluación por el equipo tratante.

La inapetencia es un síntoma, relativamente,  habitual en los pacientes oncológicos, la cual puede ser exacerbada en los días posteriores a la quimioterapia. Pero, en muchos pacientes se observa un importante aumento del apetito posterior a la primera semana de la administración del tratamiento.

Existen drogas y terapias oncológicas con alto riesgo de provocar diarrea, lo cual siempre es advertido por el equipo tratante. Sin embargo, la diarrea con sangre, mucosidades y/o fiebre es una señal que debe ser evaluada por el quipo tratante.

Es frecuente, pero no todas las drogas lo provocan.

Los tratamientos oncológicos se asocian con una agudización de los sentidos lo que puede traducirse en cambios en el olfato y en el sabor.

Es algo infrecuente y debe alertar al paciente por la posibilidad de trastornos de la coagulación, en especial baja de plaquetas.

Sí, es posible que se produzcan trastornos hormonales en hombres y mujeres, incluso suspensión temporal o definitiva de la menstruación. Esa situación generalmente es conversada y explicada en detalle por el equipo tratante dado que cada caso es diferente.

• Fiebre igual o mayor a 38° C, que no cede a antipiréticos.
• Diarrea abundante y persistente.
• Náuseas, vómitos y dolor abdominal que no cede.
• Dificultado para respirar cuando está en reposo o realizando tareas simples.
• Dolor que no cede con analgésicos habituales.