¿Qué entendemos por lesiones?
La aparición de las lesiones está determinada por diversos factores, entre ellos los relacionados a episodios traumáticos y que son difíciles de anticipar o prevenir. Sin embargo, muchas estas se producen durante la práctica deportiva por errores en el tipo de entrenamiento que se realiza, por una deficiente preparación física, falta de calentamiento previo a una competencia, problemas con el tipo de calzado que se utiliza, el lugar de entrenamiento, con una superficie inapropiada, el mal estado de una cancha. Además de factores patológicos previos, como por ejemplo, diabetes mal controlada, aumento de ácido láctico, entre muchos otros.
Si hubiera que agruparlas, encontraríamos aquellas relacionadas con musculatura, tendones, articulaciones y huesos, destacándose los siguientes diagnósticos:
- Musculares: Contracturas, desgarros, calambres, contusiones y hematomas, entre otras.
- Tendones: Tendinopatías y tendinosis, por ejemplo.
- Articulaciones: Lesiones ligamentosas, de cartílagos, luxaciones y subluxaciones, meniscopatías, bursitis, etc.
- Huesos: fracturas, fisuras, periostitis, entre otras.
Para clasificar los diferentes tipos de contusiones, es necesario, además, catalogarlas de acuerdo con el tipo de estructura involucrada:
- Tejidos blandos: Músculos, piel, tendones, cartílagos y ligamentos. Ejemplos: Distensiones, esguinces, contusiones, etc.
- Tejidos duros: Huesos. Ejemplos: Fracturas, fracturas por estrés, etcétera.
Para conocer el detalle del daño, las dividiremos en tres áreas.
- De extremidad superior: Cabeza, hombro, codo, mano.
- De extremidad inferior: Cadera, rodilla y tobillo.
- Lesiones Musculares: Desgarros, calambres, contracturas, entre otras.