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Esclerosis Múltiple y Actividad Física

Esclerosis Múltiple y Actividad Física

La esclerosis múltiple (EM) es una de las enfermedades neurológicas más comunes en la población, de carácter auto inmune y que altera la mielina del sistema nervioso central (SNC). Es más común en mujeres que en hombres.

Dependiendo del nivel y de la naturaleza de la discapacidad asociada a la enfermedad los pacientes pueden sentir una serie de síntomas que afectan sus respuestas al ejercicio físico. Estos síntomas incluyen:

  • Espasticidad
  • Descoordinación
  • Alteración del equilibrio
  • Fatiga
  • Debilidad muscular
  • Paresia
  • Parálisis
  • Pérdidas sensoriales
  • Entumecimiento
  • Tremor
  • Sensibilidad al calor
  • Disfunción cardiovascular por alteraciones del sistema nervioso autónomo que llevan a cambios en la frecuencia cardíaca y de reducción en la respuesta de la presión arterial.
Esclerosis Múltiple y Actividad Física

La mayoría de los pacientes con Esclerosis Múltiple realizan mucho menos actividad física que la población en general, lo que puede llevar a un círculo negativo de descondicionamiento físico, fatiga, disminución de la auto-eficacia, aumento de los niveles de discapacidad y del riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) y metabólicas. Los pacientes con EM generalmente tienen mayor riesgo de sufrir estas enfermedades que el resto de la población, ya que la inactividad física aumenta aún más junto con el riesgo de que empeore el pronóstico y la progresión de la enfermedad.

Por causa de la falta de ejercicio, las personas diagnosticadas con Esclerosis Múltiple pueden presentar aumento en los niveles subclínicos de arterioesclerosis, mismo en ausencia de síntomas evidentes, por causa de disminución en la función arterial. El aumento que ha sido evidenciado en el riesgo de discapacidad de la marcha en estos pacientes incrementa en más de 200% la presencia de 1 a 2 comorbilidades (trastornos además de la enfermedad). De esta forma, el aumento en el nivel de actividad física de estos pacientes es importante por causa del riesgo de ECV y la progresión de la enfermedad, ya que menos del 10 % de los que la padecen mueren a causa de las consecuencias de la esclerosis múltiple.

Efectos benéficos del ejercicio en la Esclerosis Múltiple

Los efectos positivos de la actividad física regular en la mortalidad, factores de riesgo para ECV, obesidad, depresión, osteoporosis y diabetes se aplican también a los pacientes con EM, por esto la relevancia de que el médico y en general, los profesionales de salud incentiven a estos pacientes a mantenerse físicamente activos.

La actividad física y el ejercicio físico no tienen efecto directo en el pronóstico o la progresión de la enfermedad, pero pueden mejorar la condición física y la capacidad funcional para realizar las actividades de la vida diaria, así como prevenir las enfermedades cardiovasculares y metabólicas que pueden aparecer frecuentemente asociadas a la inactividad física común en estos pacientes.

Las principales barreras descritas en estas personas para la práctica regular de la actividad física son el dolor, la fatiga, limitaciones de movilidad, miedo, vergüenza, falta de confianza. La termosensibilidad, que aumenta la temperatura corporal de estas personas, ha sido también una razón muy común para evitar la actividad física.

El ejercicio físico puede afectar distintas variables físicas del paciente tales como el nivel de energía, el sueño, las emociones, la función de los músculos respiratorios, tolerancia al ejercicio, fatiga, desempeño en el test de caminata por seis minutos, función muscular, movilidad general, grasa abdominal, sensación de dolor, movilidad articular, endurance muscular, patrón de la marcha y calidad de vida.

Esclerosis Múltiple y Actividad Física

A pesar de que no hay una gran cantidad de estudios científicos verificando el efecto de la actividad física regular y de programas específicos de ejercicio físico (aeróbicos y de fortalecimiento muscular) en pacientes con EM, algunas evidencias han citado beneficios como:

  • Mejora el nivel de condicionamiento físico
  • Pequeñas mejoras en la movilidad al caminar
  • Mejora umbral aeróbico
  • Mejora percepción de salud (especialmente vitalidad e interacción social)
  • Incremento del nivel de actividades de la vida diaria
  • Reducción en fatiga
  • Aumento de la fuerza muscular de las extremidades inferiores
  • Aumento de la fuerza muscular isométrica
  • Mejora la ambulación
  • Mejor estado de humor
  • Pequeñas mejoras en calidad de vida
  • Puede retardar el acumulo de discapacidad

La alteración cognitiva es una consecuencia altamente prevalente, poco manejada y discapacitante. El ejercicio puede ser un abordaje para manejarla debido a su efecto angiogénico neurogénico y sinaptogénico que mejoran varias funciones ejecutivas del cerebro. Algunos estudios muestran efectos positivos en pacientes con EM leve, pero no en estados de enfermedad moderada ni grave. El nivel de condicionamiento físico está asociado con la velocidad del proceso cognitivo en personas con EM con discapacidad leve.

Otras propuestas han sido descritas en la literatura como la realización de ejercicios de alta intensidad (que a pesar de efectivos son poco tolerados por los pacientes), ejercicios con la plataforma Wii (que permiten hacer actividades físicas en casa), y actividades en el agua (que han mostrado aumento de los niveles de BDNF en estos pacientes). En general, no hay descripción de efectos negativos o deletéreos del ejercicio en pacientes con EM.

Indicaciones y Cuidados del Ejercicio

Usualmente los pacientes con EM tienen una respuesta cardiovascular normal al ejercicio y pueden ejercitarse lo suficiente para mejorar su condicionamiento físico. La prescripción del ejercicio debe estar enfocada en mejorar la flexibilidad, movilidad articular, fuerza muscular, equilibrio y condicionamiento cardiovascular.

El profesional responsable por el programa de ejercicio físico con pacientes con EM debe estar consciente de las condiciones que requieren atención y orientaciones específicas:

  • Fatiga que puede reducir la tolerancia al ejercicio
  • Alteración del equilibrio que afecta el tipo de ejercicio realizado
  • Intolerancia al calor que afecta la intensidad, duración, tipo y demandas ambientales
  • Espasticidad que requiere cuidado con los pies
  • Pérdida sensorial que imposibilita actividades verticales como caminar o correr
  • Paresis muscular que puede reducir la duración e intensidad del ejercicio

A pesar de estos factores muchas personas con discapacidad leve a moderada pueden percibir los mismos beneficios del ejercicio que aquellos sin EM. Debido a la restricción de la función motora que limita la AF y deteriora el condicionamiento físico, el objetivo de la AF en personas con EM es recuperar la fuerza muscular, la coordinación y el condicionamiento físico.

Las recomendaciones generales de actividad física para personas con esclerosis múltiple no son muy diferentes de la población en general y las mismas deben realizar cualquier actividad aeróbica de intensidad moderada, al menos de 3 a 5 días a la semana, 30 minutos por sesión. Los ejercicios de fuerza muscular deben ser realizados de 2 a 3 días a la semana con carga moderada y los ejercicios de flexibilidad diariamente para mantener o aumentar el rango de movimiento y manejar la espasticidad.

Esclerosis Múltiple y Actividad Física

Algunas recomendaciones generales del ejercicio para los pacientes con EM incluyen:

  1. Debe ser individualizado y depende del estadio de la enfermedad
  2. Inicialmente debe ser supervisado con una combinación de condicionamiento físico y entrenamiento de fuerza muscular recomendado en las fases tempranas y en el caso de pacientes con déficits leves a moderados
  3. Ergoterapia es esencial en todas las fases de la enfermedad
  4. Muchos pacientes empeoran los síntomas durante el entrenamiento pero esto es un fenómeno temporal que no significa peligro y el paciente debe ser estimulado a continuar
  5. Como algunos pacientes sufren de sensibilidad a la temperatura es importante que no sientan frio durante el ejercicio
  6. Algunas personas con EM tienen su respuesta de sudoración atenuada o ausente por lo que es importante regular la temperatura del local de la práctica que debe ser mantenida neutra (20º a 21º C) y tener ventiladores a disposición. En actividades en el agua la temperatura debe ser entre 28º C -29º C y es esencial que sean orientadas a tomar agua antes durante y después de cualquier actividad física.
  7. Muchos individuos con EM tienen algún nivel de déficit cognitivo que afecta el entendimiento de las orientaciones e instrucciones dadas. Es necesario más tiempo para explicar o escribir recomendaciones.
  8. La progresión de la enfermedad varía bastante y su progresión puede llevar años o solo algunos meses o semanas. Hay también variación diaria en los síntomas que pueden ser influenciados por cambios en los remedios, disturbios de sueño, y aumentos en la temperatura.
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