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Si se mira la columna en el plano anteroposterior de frente, para decir que está correctamente formada no debiera tener angulaciones mayores de diez grados, si no habría una escoliosis.
En cuanto a su anatomía, la columna está dividida por segmentos entre los que se encuentran la columna cervical, que tiene siete vértebras; la columna torácica, que tiene doce; la columna lumbar, que tiene cinco; el sacro y el coxis, cada una con un número determinado de vértebras también.
A su vez está formada por el cuerpo vertebral con una zona que está comprendida por el canal vertebral en cuyo interior va la médula con el saco dural y por donde van saliendo las raíces nerviosas inervan cada parte de nuestro cuerpo. La inervación que va a las extremidades superiores sale a nivel cervical. A nivel torácico da la sensibilidad del tórax y abdomen, mientras que de la zona lumbar salen las raíces que inervan cada parte de nuestras piernas y del perineo.
También se encuentra el cuerpo de la vértebra y entre cada vértebra hay una estructura llamada disco intervertebral, que es la que se daña más precozmente conforme la persona va envejeciendo. Está formada por un fibrocartílago y en su interior posee un núcleo lleno de sustancia gelatinosa que en algún minuto, cuando se rompe el disco, sale y forma las hernias discales.
Además hay una serie de músculos que apoyan y estabilizan de manera secundaria la columna a lo largo de todo su trayecto. En la zona posterior, adherida a los huesos, hay musculatura paravertebral, mientras que a nivel cervical hay musculatura que va adherida al cuerpo vertebral.
Por otra parte la columna vertebral posee una serie de ligamentos que están involucrados directamente en la estabilización de ésta: ligamento supraespinoso, que va por la parte de atrás; ligamento interespinoso, que va entre medio de cada apófisis espinosa; y ligamentos que van entremedio de las apófisis espinosa transversas, que se llama ligamento intertransverso.