El tratamiento, por lo general, no requiere un procedimiento quirúrgico, y no todas las personas lo necesitan, ya que se puede resolver con terapia kinésica específica o la aplicación directa, mediante infiltración de analgésicos o corticoides.
Las hernias discales podrían padecerlas personas desde los 25 años, independiente de que realicen actividades deportivas pesadas, livianas, o sean personas sedentarias. En pacientes más jóvenes la genética es la principal causa de su aparición. No obstante, el tabaquismo, el sobrepeso y obesidad, inciden en su formación, siendo un factor de riesgo a considerar.
Factores de Riesgo
Si bien la HNP puede generarse durante el envejecimiento, el tabaquismo es un factor que incide en su progreso debido a su alto poder químico y tóxico, que ayuda a la deshidratación de los discos vertebrales, acelerando el deterioro de su función principal.
En cuanto al sobrepeso, éste facilita el estrés sobre la columna, teniendo que ocupar más energía para soportar los movimientos y peso del cuerpo.
Las personas con trabajos que demanden el levantamiento o empuje de objetos pesados, flexiones laterales y giros bruscos, también pueden aumentar el riesgo a padecerla.
Prevención
Dejar de fumar.
Realizar ejercicios que fortalezcan la zona lumbo pélvica como “pigeon pose” o estiramiento del músculo periforme.
Realizar actividad física y estiramientos para el tronco que ayuden a la estabilización y soporte de la columna. Además, fortalecer los músculos de la espalda.
Intentar mantener la columna derecha y alineada, especialmente mientras estás sentado.
Evitar actividades de gran impacto a la columna si la persona no tiene la condición física adecuada.
Si levantas objetos pesados, haz que tus piernas realicen la mayor parte del trabajo y no tu espalda.
Cuando el paciente ha sido operado, se le recomienda una alimentación hiperproteica para ayudar a la regeneración de tejidos y una cicatrización de mejor calidad.