La prescripción del ejercicio físico en niños es muy compleja. Uno de los aspectos más importantes que todo entrenador/profesor debería reconocer son los rápidos procesos de maduración y crecimiento. Dichas modificaciones afectan los procesos cognitivos, psicosociales y somáticos, además de todos los mecanismos biológicos involucrados en la locomoción durante la infancia, entendiendo que están en constante evolución.
En los últimos años se ha producido un importante incremento en el sobrepeso y la obesidad infantil. La mala alimentación y la inactividad física se han propuesto como los principales factores que han contribuido al desarrollo de dichos estados nutricionales. Comprender los fenómenos biológicos que favorecen incremento de la obesidad en un niño se hace indispensable para contrarrestar los efectos negativos que produce este estado patológico. El manejo de los aspectos nutricionales, acompañado del aumento de los niveles de actividad física podría contribuir a detener el avance de esta pandemia. Más aún, es interesante preguntarse si los efectos agudos y crónicos del ejercicio físico generan las mismas respuestas adaptativas sistémicas en niños comparado con los adultos. El pensamiento tradicional dice: “un niño es un adulto en miniatura”, sin embargo, la literatura indica que los procesos asociados a la maduración y al crecimiento generan modificaciones estructurales y funcionales que alteran la velocidad de la adaptación fisiológica frente a programas de entrenamiento físico. De esta manera, no es posible extrapolar todos los modelos de entrenamiento de un adulto a un niño, ni menos esperar que la velocidad de dichas modificaciones sobre el rendimiento deportivo sea en tiempos similares. El objetivo de este seminario es revisar y actualizar los fundamentos biológicos, fisiológicos, nutricionales y del entrenamiento en el niño en salud y enfermedad.