¿Cómo disfrutar del fútbol y no morir en el intento? Muchos han podido observar o enterarse por los medios de comunicación de futbolistas profesionales que caen desvanecidos al campo de juego y fallecer de un momento a otro. Pero no solo se da a nivel de alto rendimiento, sino también en el deporte amateur. ¿Qué hacer para prevenir?, ¿cómo evitar estas situaciones o al menos minimizarlas?.
Por César Kalazich, especialista en Medicina Deportiva de Clínica MEDS
La muerte súbita es una realidad en el mundo y que pese a la poca frecuencia con que se produce, causa gran impacto y consternación en el medio deportivo y la comunidad. La frecuencia a nivel mundial oscila entre 1,25-2,5 muertes por cada 100.000 deportistas. Si bien en Chile no se conocen cifras oficiales, ocasionalmente nos enteramos de algún deportista amateur que fallece y de tanto en tanto un deportista profesional que muere de esta manera.
La muerte súbita puede ser causada por un variado número de afecciones cardíacas o de los grandes vasos sanguíneos, que se descompensan o manifiestan con el ejercicio intenso. Muchas de ellas se manifiestan con algunos síntomas meses o semanas previas al evento, como lipotimia (desmayo), molestias o dolor de pecho, fatiga mayor a la normal generalmente durante o después del ejercicio.
En la mayoría de los atletas que presenta un episodio que potencialmente lleva a la muerte súbita (muy pocos logran sobrevivir) existe una enfermedad de base que causa este problema, por lo general causando una arritmia grave o un infarto. A su vez, la mayoría de estos son pesquisables con un adecuada historia médica y examen físico realizada por un médico con conocimientos en medicina del deporte o cardiología. La historia familiar es muy importante porque la mayoría de las enfermedades que tienen el potencial de provocar una muerte súbita son genéticas. Y algunas de ellas logran pesquisarse por un electrocardiograma (ECG).
Si bien es ideal que todos quienes practiquen actividad física deberían realizarse una evaluación preparticipativa, que incluye una revisión del historial médico y posibles síntomas sospechosos, un examen físico acucioso y un ECG; los factores de riesgo principales son historia familiar de muerte súbita o enfermedad cardíaca en jóvenes, síntomas al realizar ejercicios como lipotimia, fatiga excesiva anormal, dolor de pecho o palpitaciones, un examen físico sospechoso de patología cardiaca y/o un ECG alterado.
En el manejo de una muerte súbita es fundamental tener conocimientos de resucitación cardiopulmonar (RCP) y contar con un desfibrilador externo automático (DEA), aparato que entrega descargas eléctricas al corazón cuando corresponde, entregando instrucciones a medida que transcurre la emergencia. Un reciente estudio en EEUU arrojó que cerca de 90% de estudiantes y adultos sobrevivieron a un paro cardiorrespiratorio (60 casos) al haber un protocolo de RCP y un DEA en los colegios. Para cualquier institución educacional y deportiva, como las ligas es de costo accesible y de muy fácil capacitación. Salvar una vida no tiene precio.