La fractura de muñeca que se produce en el radio es muy común en pacientes jóvenes (entre 18 y 25 años) y en adultos mayores que superan los 65 años de edad.
Definición
La fractura de muñeca se produce a nivel de la porción del radio y que puede comprometer en forma asociada a la ulna (cúbito).
¿Por qué se produce?
Esta fractura de muñeca se produce en aquellos pacientes que presentan un traumatismo a nivel de la mano y muñeca. Es una de las lesiones más frecuentes en la población. Se presenta con una distribución bimodal, con un peak en pacientes jóvenes (entre 18 y 25 años) y está asociada a accidentes de alta energía, como caídas de altura, accidentes de tránsito y situaciones similares. Además, esta fractura de muñeca también se observa en adultos mayores de 65 años por caídas con apoyo de la mano y por la presencia de osteoporosis.
¿En qué deporte es más frecuente?
Esta fractura de muñeca se va a asociar en pacientes jóvenes a accidentes deportivos que implican una alta energía, como son los que ocurren en moto, mountain bike, skate, ski, snowboard, caídas de caballo, accidentes de tránsito o caídas de altura.
Es importante destacar que estas fracturas son frecuentes en pacientes de mayor edad y en los que padecen de osteoporosis. Así, un adulto mayor que practica actividad física será más susceptible de presentar lesión al tener una caída a nivel, por lo tanto, todo paciente de mayor edad debe ser cuidadoso al practicar deportes de contacto en general y debe ser bien supervisado.
Síntomas
Al ocurrir la fractura, el paciente va a presentar dolor intenso en relación a la muñeca asociado a la dificultad o imposibilidad de usar la mano, aumentando la dolencia con los movimientos de ésta.
En los casos en que la fractura se encuentre desplazada en forma considerable se presentará deformidad de la muñeca, la que generalmente tiene un aumento de volumen rápido y puede existir una equimosis (hematoma) asociada.
Dependiendo de la causa y la magnitud de la energía del accidente, se debe evaluar la presencia de lesiones asociadas en la muñeca, mano, codo y el resto de la extremidad superior del paciente.
En casi un tercio de los pacientes puede presentarse una sensación de hormigueo o adormecimiento en la mano afectada, lo que se puede explicar por la compresión o daño que se produce a nivel del nervio mediano que se ubica, por lo general, en la zona de la fractura.
Diagnóstico
El estudio básico de este tipo de fractura de muñeca debe ser realizado con radiografías en dos planos y se debe considerar el uso de radiografías complementarias de codo, antebrazo o escafoides, en los casos en que la evaluación médica lo indique.
En la radiografía se debe establecer la presencia o no de la fractura, si existe compromiso de la articulación asociado y establecer el grado de desplazamiento. Se debe evaluar cuidadosamente el carpo y la mano en busca de lesiones asociadas.
En pacientes con fracturas que presentan compromiso de la articulación o fracturas de mayor complejidad, se puede complementar el estudio con una tomografía computada (TAC o escaner) para la planificación del tratamiento posterior.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es que el paciente recupere su nivel de función previo a la fractura y éste puede ser de tipo quirúrgico o no quirúrgico y va a depender de las características de la fractura y el grado de estabilidad de ésta, así como también es importante considerar la edad del paciente, si es la mano dominante y actividad que realiza, entre otros factores. Por ejemplo, en pacientes ancianos de baja actividad, se pueden obtener buenos resultados funcionales a pesar de tener un grado de desplazamiento considerable.
En fracturas estables o con desplazamiento escaso se puede realizar un manejo no quirúrgico. En los casos en que existe desplazamiento, se realizará una maniobra de reducción cerrada bajo anestesia y se colocará un yeso braquipalmar (yeso desde el brazo hasta la mano). Luego de la reducción, se realizará una radiografía de control para confirmar la buena alineación de la fractura.
Los pacientes con manejo ortopédico deberán controlarse semanalmente por las primeras tres semanas para evaluar si se producen nuevos desplazamientos de la fractura, lo que podría implicar realizar un manejo quirúrgico. Luego de las tres semanas se podrá usar un yeso antebraquiopalmar hasta completar seis semanas de tratamiento. Transcurrido ese tiempo se retira el yeso y se inicia un período de rehabilitación en donde se busca recuperar la movilidad de la muñeca.
El manejo quirúrgico se reserva para aquellas fracturas desplazadas, irreductibles o inestables. En algunos casos se puede realizar un manejo quirúrgico en aquellos pacientes que no estén dispuestos a llevar un tratamiento ortopédico o someterse a un período prolongado de inmovilización.
En los casos en que las fracturas sean expuestas se debe realizar un manejo quirúrgico inmediato, ya que debe realizarse un aseo quirúrgico y el manejo habitual de las fracturas expuestas.
No hay consenso en relación a qué alternativa quirúrgica es la mejor, aunque los últimos estudios han mostrado que la reducción más osteosíntesis interna con placa sería la alternativa que reporta los mejores resultados a corto plazo y largo plazo.
La cirugía consiste en armar la fractura y estabilizarla con una placa con tornillos, lo cual se realiza mediante una incisión en la cara palmar de la muñeca. En general la anestesia utilizada para el procedimiento puede ser un plexo (anestesia en el brazo) o general, todo según las características del paciente y la evaluación del anestesiólogo. El tiempo de cirugía es variable y dependerá de la complejidad de la fractura siendo habitualmente entre una y dos horas.
En el post operatorio inmediato, al paciente se le permite mover los dedos y quedará con un inmovilizador de muñeca para ayudar al manejo del dolor por las primeras dos semanas. Las suturas se retirarán a los 10 o 15 días, para luego iniciar un proceso de rehabilitación y kinesiterapia.
La práctica de deportes de contacto o deportes como mountain bike o motocross, se podrá realizar a partir del tercer mes de acuerdo a la evolución del paciente en donde también se dará el alta definitiva.
Prevención
En los pacientes de mayor edad es importante considerar, antes de realizar la práctica de deportes de contacto, si hay o no presencia de osteoporosis. En aquellos pacientes donde existe esta patología, debe tratarse y controlarse en forma adecuada para disminuir el riesgo de fracturas.
Por su parte en los pacientes jóvenes se debe realizar una práctica deportiva responsable y tratar de no tomar riesgos que excedan a nuestra capacidad y habilidad. En la gente que practica snowboard o skate se pueden utilizar muñequeras de protección que ayudan a disminuir el riesgo de presentar estas lesiones.