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Esguince de Tobillo

Esguince de Tobillo

El esguince de tobillo esta es una de las lesiones más comunes dentro del deporte y de la vida cotidiana, la que puede producirse, por ejemplo, por un tropiezo. Tratada de buena manera, no genera complicaciones a futuro.

Definición

El esguince de tobillo es una lesión que compromete a los ligamentos de la articulación del tobillo, explica el médico traumatólogo, Dr. Julio Botello C., ya sean del lado externo o interno. Produce un daño que puede ir desde una simple distensión hasta la rotura completa.
Existen varios grados de esguince, los que van a depender de la indemnidad del ligamento. Los Tipo I corresponden a una distensión, sin rotura de fibras ligamentosas. El esguince Tipo II corresponde a roturas parciales del ligamento y el Tipo III son roturas completas del ligamento.

¿Por qué se produce?

Se producen cuando existe una situación de sobresfuerzo que lleva a la articulación a ir más allá del rango de movilidad normal, haciendo que el ligamento vea sobrepasada su estructura anatómica.

Esguince de Tobillo

¿En qué deporte se produce más frecuentemente?

Principalmente en las actividades que están involucrados, obviamente, movimientos con los pies. Especialmente en disciplinas que tienen relación con correr y saltar, como por ejemplo fútbol, básquetbol, vóleibol. También se ven en algunos deportes que se realizan en superficies irregulares como las corridas en las montañas.

Síntomas

El paciente siente primero dolor intenso al momento de torcerse el tobillo, ya sea en el lado interno o en el lado externo, produciéndose un aumento del volumen, que es la inflamación local. A veces ésta puede ser bastante intensa y muchas veces se puede apreciar un hematoma, pero lo que prima es el dolor.

Diagnóstico

Principalmente es de sospecha clínica, es decir, a través de la historia del examen físico se puede descartar alguna patología mayor, como la fractura o luxaciones, que también pueden verse asociadas a un esguince. Con esto se obtiene el antecedente de la actividad que realizaba el paciente al momento de lesionarse, la energía que estaba involucrada en el accidente y después se ven los síntomas.

Después se realiza el examen físico que consiste en constatar el nivel de inflamación, ver si hay hematoma y las pruebas de estabilidad, ya sea en forma aguda o diferida (cuando el paciente tiene menos dolor, por lo tanto es más cómodo poder examinarlo).

También se usan exámenes de apoyo como las radiografías (para descartar alguna fractura asociada), ecografía (se puede ver el nivel de compromiso de los ligamentos), y a veces se puede requerir una resonancia magnética, cuando existe una discordancia entre el examen clínico y la radiología simple.

Tratamiento

Hoy en día se realiza un tratamiento funcional, es decir, una inmovilización con algún tipo de tobillera especial o bota que le permita al paciente realizar rehabilitación en forma paralela a la medida de inmovilización. De esta manera disminuye menos la masa muscular, no pierde tanto rango articular, mejora su respuesta al dolor y disminuye más rápido la inflamación.

El tratamiento va a depender del tipo de esguince que sea. En los grado I ó II, con mínimo compromiso ligamentoso, se usan métodos de inmovilización parcial con órtesis que son semirígidas. Esto le permite a la persona conservar la movilidad en extensión y en flexión, y por lo tanto va a caminar sin la posibilidad de torcerse el tobillo.

Si el paciente tiene demasiado dolor, es preferible usar en los primeros días una bota inmovilizadora, la cual permite que disminuya la inflamación y dolor para que cuando esté en condiciones de poder realizar una flexoextensión de tobillo en mejores condiciones, se pasa a cualquiera de las órtesis semirígidas. De esta manera puede seguir su rehabilitación y en el plazo de tres a cuatro semanas estará en condiciones de iniciar alguna actividad deportiva multidireccional.

Recuperación

El pronóstico de un esguince de tobillo es bastante bueno, aunque siempre existe la posibilidad de alguna complicación como la rigidez, dolores crónicos, los cuales deben ser estudiados si corresponden al esguince o alguna otra patología que haya sido omitida o no diagnosticada.

Normalmente las lesiones menores, como esguinces grado I ó II van a demorar alrededor del mes en volver a una actividad física competitiva y los grado III sobre los dos meses de evolución, siempre y cuando estén tratados correctamente.

Prevención

La mejor forma de prevenir es teniendo un adecuado estado físico, usar elementos de seguridad en los casos que lo requiera el deporte específico y existen algunos programas de ejercicios que ayudan a mejorar la estabilidad articular.

Reintegro Deportivo

Teniendo la certeza de haber sufrido un esguince de tobillo bien diagnosticado, clasificado según lesión, y bien tratado, indica el Dr. Rubén Ruiz, traumatólogo, podemos pensar en volver a usar esta articulación con seguridad. En general un esguince tiene buen pronóstico y se recupera en plazos de 1 o 2 semanas hasta 1 o 2 meses según severidad y tratamiento recibido. Si los plazos se extienden hay que considerar alguna lesión agregada.

¿Cuándo retornar? Considerar la presencia de:

Dolor en el sitio afectado.

Rangos de movilidad articular comparando con tobillo contralateral.

Seguridad en la marcha.

Confianza en el tobillo afectado

Autoevaluación simple

Caminar en la punta de los pies, caminar en los talones.

Sostener el peso del cuerpo sobre un pie y luego sobre el otro.

Caminar sobre superficie inestable (cama elástica, colchoneta).

Son pruebas sencillas que se pueden realizar en casa y siempre comparando con tobillo sano, y que pueden dar una buena aproximación sobre la estabilidad del tobillo lesionado, su fuerza y flexibilidad.

Si se quiere obtener mayor seguridad sobre la real condición hay elementos objetivos para evaluar la articulación que pueden ir desde una ecografía de control para ver el grado de cicatrización de los ligamentos involucrados hasta pruebas funcionales antes del reintegro al deporte.

Dentro de estas pruebas están: Test de Reposicionamiento Articular en el que se evalúa la propiocepción (capacidad de percibir la posición y movilidad de músculos y articulaciones, permitiendo reacción y respuesta automática), Test de Retardo Electromecánico en el que se mide la capacidad de reacción para proteger la articulación ante frenados o desestabilización brusca, y también el Índice Postural Dinámico donde se mide la capacidad de recobrar la estabilidad al saltar en un pie. Estos exámenes y pruebas funcionales están disponibles en nuestro Centro MEDS.

¿Cómo retornar al deporte o actividad previa?

Sabemos que al sufrir una lesión luego queda el temor a padecerla nuevamente, por lo que siempre este retorno debe ser progresivo.

Debemos recordar las circunstancias que lo originaron: caminando, deporte, trabajo, escaleras, calzado, altura de los tacos. También revisar alguna causa predisponente: pie cavo, pie plano, lesiones previas, enfermedades neurológicas, patologías concomitantes, y en qué se puede influir o corregir.

En el caso de los deportes se debe comenzar en forma progresiva aumentando tiempo y exigencia de la actividad hasta llegar al rendimiento óptimo según la disciplina.

También se puede realizar un programa de reintegro deportivo kinésico en el que bajo supervisión profesional se puede ir logrando mayor rendimiento cuidando de no reagudizar la lesión, estimulando o regulando la ansiedad natural del paciente deportista.

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Lesiones de pie y tobillo

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